EL
ROL DEL TUTOR
COMO PUENTE ENTRE LA FAMILIA Y LA ESCUELA
EL ROL DEL DOCENTE TUTOR
En estas últimas décadas, se ha visto cómo surge en nuestros
ambientes educativos escolares la figura del docente tutor, esto es, un
educador que se mantiene cerca de los alumnos en sus procesos cotidianos de
enseñanza aprendizaje, interviniendo también en otras áreas que no son
indiferentes en la vida de la persona en dicha situación, como puede ser la
contención afectiva en determinados casos, la detección de problemas en la
dimensión relacional de los miembros del grupo, el señalar posibles direcciones
en un proceso de orientación vocacional, sin descuidar el indispensable
testimonio en orden a la formación en los valores, etc.
La función tutorial entraña una relación individualizada con
el alumno. Pretende integrar la experiencia escolar con la extraescolar.
El tutor es el nexo de coordinación entre la escuela y la
familia, que supone un proceso de individualización y personalización del
proceso de enseñanza aprendizaje.
Tutoría es, según Arnaiz e Isus (1995), "la capacidad
que tiene todo docente de ponerse al lado del alumno, de sufrir con él los
procesos de alumbramiento conceptual, de ayudarle a resolver sus problemas
personales, de aprendizaje, de autonomía-dependencia, de relación [...]. Y en
esta tarea nadie puede quedar excluido. [...] Todos estamos invitados a
mantener el diálogo como la fórmula más eficaz de la relación de ayuda. La
tutorización, es pues, un proceso de acompañamiento en el aprendizaje
vital".
La cita previa habla de alumbramiento, que es una metáfora
de dar a luz, hacer nacer. En este sentido, los docentes, en la tutoría, están
ejerciendo el oficio de parteros de los aprendizajes y de los crecimientos de
sus alumnos.
El nuevo proyecto educativo no puede desatender la
orientación como parte importante de la labor escolar, preguntándose sobre la
función orientadora y tutorial de los docentes y brindando medios para su
formación actualizada en este sentido.
La orientación educativa y tutorial rescata una concepción
constructivista del conocimiento y del proyecto vital de los estudiantes,
tomando el dicho: "La inteligencia no es como un recipiente que se llena,
sino como una antorcha que arde."
El lugar docente ya no se sostiene como el lugar central del
saber, sino como el del coordinador del grupo y de sus experiencias de
aprendizaje interdisciplinario, abierto a la comunidad.
Para Serafín Sánchez (AA.W., 1996), crear la figura del
tutor es un modo de institucionalizar una parte de la acción educativa
orientadora. Desde la tutoría, el profesor o maestro puede orientar al alumno o
al grupo con intervenciones que realice, más allá de su específica actividad
docente.
El profesor tutor puede asumir entonces dos roles:
a. El de docente de su asignatura.
b. El de tutor orientador.
Previamente cabe destacar, según lo señala Rus Arboledas
(1996), las diferencias existentes que el rol docente presenta evidenciando su
función primordial:
Educador, monitor o ayudante Profesor Tutor
Función primordial:
·
cuidado de la disciplina.
·
Empleo del tiempo libre.
Función primordial: el desarrollo del aprendizaje de sus
alumnos en la clase. Hay orientación implícita.
Función primordial: optimizar en el proceso de
enseñanza-aprendizaje la promoción social y personal.
Como se puede reconocer, la tarea del tutor docente es
bastante específica, más allá de cuántos docentes habrá que, sin tener el rol de
tutor, realizan una tarea de orientación y promoción de sus alumnos porque las situaciones
que se le presentan así lo demandan.
El rol específico (Secretariado Argentino Salesiano de
Pastoral Juvenil, 2001) es, por lo tanto, según las normativas jurisdiccionales
y/o los acuerdos con la institución, cuidar en modo particular a los alumnos y
promover en ellos procesos que apunten a:
• La orientación escolar, vocacional y profesional.
• El mejoramiento de las relaciones interpersonales en cada
grupo-clase y con otros miembros de la comunidad educativa.
• Facilitar las acciones de un determinado equipo docente
con el grupo de alumnos a ellos confiado.
Origen del rol del tutor: antecedentes históricos
El rol del docente tutor se rastrea y se reconoce en algunos
momentos de la historia de la educación.
Un primer antecedente es el trabajo
que realizaban los esclavos en las antiguas familias griegas.
Aquellos
sirvientes guiaban a los niños hasta las clases que recibían de sus maestros, y
esta actitud ya eleva una nota interesante y da lugar a la reflexión: ¿no
comprende la actitud del esclavo la raíz del obrar del docente tutor? El
"estar junto a", el señalar el camino que el joven educando debe
recorrer, la interrelación que se establece, el saber esperar y reconocer el
tiempo personal que el otro atraviesa, todas estas notas deben sumar y pulir el
perfil de un adulto formado que no descuida a quien tiene a su cargo y que también
tiene la responsabilidad de comunicarse con los que son, en primera instancia,
quienes forman a los jóvenes: la familia. Por otro lado, es significativo que este
pedagogo fuera el que llevase al niño de la familia a la escuela, y viceversa, imagen
muy similar al tema específico de este trabajo.
Mucho más adelante, en los colegios de la Compañía de Jesús,
se encuentra la figura del tutor como un encargado de acompañar a cada"
carnada de estudiantes a lo largo del itinerario académico, más allá de los
profesores de las asignaturas específicas.
En el siglo XVIII, "cuando surgieron los tutores del
Iluminismo, se les transfirió toda la responsabilidad educativa, ya que además
dictaban clases y su saber era prácticamente enciclopedista" (Alfio y
Puglisi, 1995).
Por otro lado, en la vertiente no enciclopedista del
Iluminismo, Rousseau introdujo novedosas propuestas en la historia de la
educación; entre ellas, la educación indirecta (más conocida como educación
negativa). El educador debería limitarse a acompañar el desarrollo natural del
educando, sin buscar anticipar ningún cambio. Evitaría dar orientaciones positivas
de vida al alumno. Hay diferencias importantes con el rol del tutor que ya se
ha señalado: el educador no busca orientar al educando, no es un tutor en el
sentido botánico del término (porque la naturaleza del buen salvaje no
precisaría un tutor de esta clase).
Tampoco hay un trabajo en conjunto, ni se ve un criterio
preventivo. Se debe buscar un difícil equilibrio entre dos extremos perniciosos:
un proteccionismo que intervenga continuamente y un simple presenciar pasivo.
Sin embargo, se aprecian coincidencias: el educador está cerca del alumno, verificando
el camino que hace el joven. Otro punto para considerar es que Rousseau se
preocupa por la humanidad del educando, más allá de su futura ocupación; en
esto se asemeja este autor a algunas posturas personalistas en pedagogía, que
se centran en la persona del joven.
Otro aporte interesante es el del asistente de la pedagogía
salesiana, implementado por san Juan Bosco. La asistencia, para él, era una
presencia educativa (que salía al encuentro, veía qué tenían los jóvenes de
bueno, proponía posibles alternativas) constante, que interviene y está siempre
cerca de los alumnos y los acompaña en la situación en que están. "La capacidad
de vivir una interacción educativa como situación interpersonal es el punto
clave de un proceso de crecimiento"
(Cian, 1994). Los pilares del sistema preventivo del
educador salesiano son el amor-amabilidad (en el sentido literal de las palabras,
es decir, la capacidad de amar al joven y de hacerse amar por él), la razón y la
religión. Debe aclararse que, para Juan Bosco, el educador es una persona
consagrada (una vez más, en un sentido literal) al bien de sus destinatarios.
"Don Bosco consideraba indispensable la presencia del educador"
(Cian, 1994).
Según Isaacs, el sistema tutorial, en sí, tuvo su origen en
las universidades de Oxford y Cambridge, en Inglaterra, con el sistema de
coílege. El tutor establecía contactos personales con los alumnos, o con
pequeños grupos de ellos, si existían intereses comunes (Del Regno, 1998).
Por otro lado, uno de los referentes más importantes que
tiene la orientación educativa es, sin lugar a dudas, J. B. Davis (1871-1955),
quien entendía que dicha tarea debía estar integrada al currículum escolar. Desde
1898 hasta 1907, como asesor en la Central High School de Detroit (Michigan,
Estados Unidos), dedicó casi todo su tiempo a la orientación de los alumnos y,
en 1907, como director de la High School de Gran Rapids (Michigan), inició un programa
destinado al cultivo de la personalidad, al desarrollo del carácter y a la
información profesional.
En 1913 fue nombrado director de orientación profesional de
la ciudad de Gran Rapids, y las escuelas de dicha ciudad no tardaron en
establecer un sistema centralizado de orientación. En el mismo año y en la
misma ciudad, se creó la National Vocational Guidance Association, primera asociación
de profesionales de la orientación, de la que Davis fue miembro fundador, junto
con M. Boomfield y otros.
A partir de 1986, esta asociación pasó a denominarse
National Career Development Association, la cual consideraba que el marco
escolar era el más idóneo para mejorar la vida de los individuos y para
preparar su futuro social y profesional. Como instrumento idóneo propuso el currículo
de la orientación vocacional y moral.
Estaba profesionalmente vinculado al campo educativo y
conocía los problemas vocacionales y sociales de sus alumnos. Pertenecía al
Movimiento de la Educación
Progresiva, del cual John Dewey fue uno de los más insignes
representantes.
Introdujo "unas lecciones de orientación vocacional y
moral" con alumnos de 16 y
17 años una vez por semana, como complemento de la materia
de inglés.
Davis era profesor de Lenguaje y, en 1922, obtuvo el doctorado
en Literatura. En su concepción, la orientación debe estar conectada al proceso
de educación y, en concreto, debe integrarse al currículo escolar.
En este sentido, el enfoque de Davis refleja la necesaria
implicación del profesor en la orientación.
Desde este marco, entendemos que la orientación no se limita
al sistema escolar, sino que se extiende, a lo largo de toda la vida, a otras
instituciones como, por ejemplo, la familia.
En la historia de la psicología, surgió con fuerza el modelo
del counseling, impulsado por Cari Rogers, y esta experiencia de la no-directividad
influyó también en el ámbito educativo. Sin embargo, no se debe confundir
acción tutorial con counseling. La tutoría es iniciada por el docente,
predominantemente cognitiva, didáctica y con posibilidades de ser grupal; en
cambio, el counseling se inicia por pedido del cliente, por tanto es más
confidencial, hay mayor interrelación, con mayores grados de afectividad y es
siempre individualizado.
"Un documento sobre el sistema tutorial que constituye
un antecedente significativo en la educación argentina fue el denominado
Proyecto 13, de 1970.
Dicho proyecto recibió formalmente el nombre de Régimen
Laboral de Profesores Designados por Cargo Docente, y fue creado, en forma
experimental (en principio por un año y luego extendido), por la ley N.° 18.614.
Dicha propuesta abarcaba reformas bastante amplias referidas a la situación
laboral-institucional de los profesores de Nivel Medio e incluía, entre sus
proposiciones, implementar el sistema tutorial (o régimen tutorial).
El Régimen de Profesores Designados por Cargo Docente
surgió, en su momento, con la intención de transformar la organización escolar
de Nivel Medio, por la crisis que atravesaba. Dicho régimen ha sido probado por
distintas jurisdicciones y dependencias. Originariamente surgido en
jurisdicción nacional, en sistema oficial—y aplicado por algunos
establecimientos privados— actuó como efecto de demostración para algunas
provincias que luego han puesto en práctica regímenes similares. Por la
extensión que logró y por lo interesante de los cambios que presentaba, resulta
importante señalar esta propuesta.
Cabe aclarar que el contexto en que surgió este Régimen
Laboral Docente fue muy cuestionado por sectores críticos y gremiales, por
tratarse del gobierno militar del general Juan Carlos Onganía (la llamada
Revolución Argentina de 1966-1970).
En efecto, dicho gobierno llevó a un programa de cambios que
llamó Reforma Educativa. Entre las diversas propuestas, la de Designación por
Cargo Docente de los profesores buscaba encarar el problema de la contratación
laboral docente por horas cátedra en Nivel Medio, con el fin de reducir la
desgastante recorrida de los docentes de un establecimiento a otro para sumar
horas.
Este régimen de designación por cargo, que buscaba una mayor
permanencia y labor de los docentes en la escuela, se ubicó en el lugar N.° 13
en el listado de propuestas de cambio
presentado por la Secretaría de Educación a la superioridad para su aprobación.
Otras propuestas no se llevaron a la práctica, pero sí se concretó ésta, que
desde entonces se conoce como Proyecto 13.
Por la aparición de este proyecto en el contexto de un
gobierno militar, se dirigieron cuestionamientos también al aspecto referido al
sistema tutorial. Recibió críticas que le atribuían inicialmente intereses conservadores
y autoritarios de control de las conductas adolescentes y sujeción del caudal
movilizador y contestatario estudiantil. Pueden considerarse válidos aquellos
reparos en el contexto del régimen de facto de entonces; sin embargo, el
proyecto como tal puede ofrecer al análisis elementos interesantes, innovadores,
de consideración de la cuestión adolescente en las instituciones educativas.
Aquella propuesta de introducir el sistema tutorial en la escuela, sujeta a debate
y a la luz de los nuevos desarrollos teóricos en psicología, sociología de las
organizaciones y pedagogía, puede dar lugar a interesantes proyectos tutoriales
bajo ópticas democráticas y progresistas.
Hecha esta aclaración y retomando el documento, el Proyecto
13 incluyó en sus rasgos innovadores: nuevas funciones para los cargos de
profesor y director (aumentando su dedicación remunerada a tiempo parcial o
completo) y la redefinición del cargo de preceptor, que se postulaba como
auxiliar docente. Asimismo, se crearon nuevos cargos, como los de Asesor
Pedagógico, Psicopedagógico, y
Ayudante del Departamento de Orientación.
También se reorganizó la estructura del establecimiento
escolar y se previeron diferentes alcances curriculares. Entre las actividades
propuestas para la mayor permanencia remunerada de los docentes en la institución
se postulaban tareas extra como profesor consejero de curso, coordinador, así
como la posibilidad de llevar adelante talleres (de arte, periódico escolar,
etc.), organización de actividades culturales, deportivas, elaboración de
material didáctico. Se asignó un nuevo rol al educador como orientador y guía
del proceso educativo, así como la centralidad del alumno, personalización y
fortalecimiento de la comunidad educativa.
La función de tutoría de curso que se asignó a los
profesores se fundamentaba en la importancia de un conocimiento de cada grupo
escolar para tender a una educación más adaptada a las necesidades y
dificultades de los distintos alumnos.
La tutoría se proponía el mejoramiento de las condiciones de
aprendizaje. Los profesores consejeros o tutores de cursos recibían el rol de
orientar a los alumnos en lo concerniente a problemas de estudio o conducta,
personales o relaciónales.
Además, se dieron proyectos de orientación vocacional para
la elección de carreras terciarias universitarias a los alumnos de 4.° y 5.°
año del secundario.
Evidentemente, el Proyecto 13 implicó una mayor inversión
educativa por sus características organizativas: mayor número de horas cátedra,
la bonificación por extensión horaria, creación de nuevos cargos profesionales.
El costo del servicio educativo brindado se hizo mayor respecto a otros
establecimientos, pero debe tenerse en cuenta, al mismo tiempo, que también
suponía el incremento de la cantidad de horas-clase y extraescolares que se brinda
al alumnado, las opciones ofrecidas y la retención de los estudiantes"
(Del Regno, 1998).
El perfil del docente tutor
El docente que desarrolle esta función debería, según M.
Müller (2001):
• "Interesarse por los seres humanos y por atender sus
problemáticas.
• Reconocer y respetar a cada ser humano como único y
distinto.
• Recibir y contener empáticamente las problemáticas
individuales, grupales e institucionales.
• Mantener una distancia óptima respecto a las problemáticas
atendidas, sin involucrarse personalmente en las mismas y sin escudarse en una
lejanía defensiva.
• Aceptar el conflicto individual, grupal e institucional
como aspectos integrantes del aprendizaje.
• Conocer los propios límites y solicitar ayuda para afrontar
situaciones difíciles, tanto en lo personal como en lo estrictamente
profesional.
• Proseguir en forma continua la propia formación
profesional."
A lo que nosotros agregamos:
• Abrirse al diálogo.
• Escuchar y hacerse escuchar.
• Insertarse, como una figura central, en la dinámica de un
centro educativo.
• Saber trabajar en equipo, reconociendo que uno no lo puede
saber todo, y que un tercero va a aportar una mirada diferente a lo que para
uno ya no tiene otra alternativa.
• Tener una mirada de conjunto sobre las distintas realidades
que analizará y, con esa mirada, poder intervenir de manera integral y
orgánica.
• Generar simpatía entre sus alumnos sin abandonar sus
funciones de educador.
• Ser discreto y saber manejar la información que recibe con
el fin único de ayudar y promover a sus alumnos.
• Adherir a los valores y principios que el colegio propone
sin confundir, en su mensaje, los criterios personales.
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